Todo es nada
- Patricia Rodriguez Lecaros
- 14 feb 2021
- 2 Min. de lectura

Quería que todo esté en silencio. Aunque, en realidad, no sé qué quería. Quizá quería que un manto mágico me trasladara a un lugar donde pudiera solo dormir. Creo que, al inicio, uno no entiende lo que pasa. Se piensa que es cansancio, fatiga, que quizá era la gripe.
Silencio. Silencio. Silencio.
Solo quería silencio. Luego, se lanzan las preguntas a uno mismo como qué pasaba, preguntas de qué sucedía. ¿Cómo explicar algo que ni yo misma entendía? ¿Cómo explicar que solo quería desaparecer? ¿Cómo explicar que no entendía mi existencia? ¿Cómo explicar? ¿Cómo?
Sentía que ya había estado así, que no era la primera vez. Yo sabía lo que tenía que hacer. Yo sabía que estaba atravesando un cuadro de oscuridad. No me había pasado desde hace dos años. Yo lo sabía. Y, sin embargo, no quería pedir ayuda. Creí que podía solucionarlo sola, que podía manejarlo, que, simplemente tenía que levantarme, hacer ejercicio, comer mejor. En realidad, comer algo.
Qué inútil puede ser nuestra mente, a veces. Yo sentía que lo podía todo, pero en realidad también sentía que el cuerpo no me daba para hacerlo. Sin darme cuenta, una tarde me encontré llorando en pleno Jirón de la Unión cuando salía de trabajar. La que se repitió todo el tiempo que podía hacer todo, estaba gritando en silencio pidiendo que la desaparecieran.
"¿Qué te pasa?", me preguntaron. "No lo sé", respondí.
La oscuridad llegó. Era verano, pero el frío estaba en mi cuerpo. Hacía calor, pero el invierno estaba en mis ojos. Era enero, pero en mi mente era un 31 de febrero. Había sol, pero estaba oscuro.
La que podía todo estaba sentada esperando a que el psiquiatra la llamara a su consultorio. La que podía todo estaba tomando su antidepresivo.
Es que cuando uno cree que puede todo, en realidad, no entiende nada.
Hola! Gracias por leer. Aquí te dejo algunas páginas en las que pude conseguir orientación. No es publicidad o algo por el estilo. Simplemente, son páginas que me acompañaron en este proceso (que sigo trabajando).
Es, a veces, complicado entender que conectar con un psicoterapeuta no se da a la primera sesión o a la primera opción que escoges. A mí me costó un buen tiempo aceptar que necesitaba ayuda. Pueden leer mi experiencia en un hospital en el texto "Hay que hablar de depresión". No fue a la primera. Sin embargo, te comparto estas páginas para que empieces el camino hacia tu propia tranquilidad.





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