Una velita por ustedes
- Patricia Rodriguez Lecaros
- 21 jul 2021
- 2 Min. de lectura

Recuerdo que vi el monólogo de “La Agrado” de la película “Todo sobre mi madre” de Almodóvar y dije “¡Pero qué manera… qué manera... “ y no supe cómo terminar esa frase. Meses después, en Instagram, vi una publicación de Katerina D’onofrio —ahora le digo Kata— que estaba brindando clases de monólogos, de forma virtual. Salió la pregunta “¿Por qué no?” Un par de mensajes y ya estaba dentro. Kata me presentó a Edurne y a Neldra.
Prefiero decir que Edurne, el personaje de “Sistema Solar” de Mariana de Althaus, vino a mí. No me gusta mencionar que yo la elegí. Por más que Kata decía “Ustedes han elegido a su personaje”, yo no lo sentía así. Edurne vino a mí cuando estaba en medio de esa sensación de ahogo, lo que mi amigo y yo decimos que es “el proceso”. No voy a decir que Edurne me salvó o algo así, porque no es cierto. Yo no me estaba muriendo. Sí, me estaba ahogando, pero respirando con una cañita en mi boca y con los ojos bien abiertos. Edurne me mostró, a través de su historia, que existe una voz que te anima a nadar. Habité —por cierto, el taller se llama “Habitar”, palabra con la cual ahora puedo terminar la frase del monólogo de Agrado— su forma de ser, su pensar, su sentir. Me fui de mí y la vi a ella en mi cuerpo. No fue una terapia, no voy a empezar con mensajes de superación o algo así. En realidad, a veces creo que estoy más fregada que ella, pero agradezco al universo haberla conocido.
Mi análisis fue este. Era yo preguntándole a Edurne a través de mi piel para poder entenderla.
— ¿Quién eres, Edurne?
— Soy lo que no quiero ser intentando manifestar una personalidad valiente y cobarde.
— ¿Quién era esa voz?
— Mi hermana.
— ¿Qué pensaste esa noche que te acostaste con un desconocido?
— Asco. Olía a mierda todo el sudor de nuestros cuerpos combinado con alcohol.
— ¿Por qué vomitaste en un parque?
— ¿Has intentado pasarte tu vomito? ¿Qué harías tú?
Por otro lado, Neldra me mostró la intensidad del reclamo. Lo que para muchos puede ser insignificante, para otros, como Neldra, son cosas que marcan tu vida, las decisiones más fuertes de tu vida como moldear tu forma de ser: decidir si ir contra la corriente o fingir toda tu vida. Con ella, me divertí. Sentí más confianza salir de mí y verla en mi cuerpo —habitar— intentando asustar a quien la escuchara. Cuando vi a Neldra en el pellejo de PattyNicole dije “¡Qué mierda!”
En fin, gracias, Edurne y Neldra. Me despido de ustedes, con muchas más dudas, más preguntas, y, de forma paradójica, con más seguridad; pero no me despido del teatro ni del arte.
Prendo una velita por ti, Kata, gracias.





Comentarios